B1.- Habitación Meissa-Adrien

Meissa se encontraba sentada en una silla, frente a una mesa, le habían dado la oportunidad de tener hojas blancas en las que pudiera escribir. Dependiendo de como se portara, le regresarían su adorado Diario. 

Frente a ella en lugar de puntiagudos lápices, con los que pudiera sacarle los ojos a los enfermeros u otro personal del hospital, tenía unas delgadas crayolas...su instinto le decía que no era tan difícil matar a alguien con aquellos objetos. <> pensó un momento, y después se quito ese pensamiento de la cabeza. Tomó una de las crayolas, color negro, y empezó a hacer un boceto de un ángel, cuyas alas estaban rotas y quemadas por el impacto al caer del cielo, el rostro no era del todo visible, pues no lograba inspirarse en alguien...su musa antiguamente había sido su querida y adorada Lucy, quien ahora, no sabía nada de ella. 

-Tal vez si me porto bien, pueda mandarle una carta...- sonrió con cariño al recordarla, tan sonriente como era, tan dulce y sobre protectora.
Y así se dio un poco de inspiración, dibujo el cabello, el fino rostro, los pómulos...y en un abrir y cerrar de ojos, era nada menos que su musa.
Continúo dibujando un rato más. Al poco rato de haber finalizado el dibujo, tomó otra hoja, comenzó a escribirle una carta a Lucy...donde le decía que tal se encontraba, lo que había pasado y un "Nos vemos pronto, te extraño demasiado, y me encantaría que volvieramos a ser unidas como eramos en un principio, Tuya por siempre; Mei"
Hizo varios dobleces en la hoja, hasta que quedo un cuadro, e hizo un sobre improvisado, metió la hoja y cerró el sobre, lo escondio de inmediato entre su almohada de la camilla, y se acosto en ella...estuvo tranquila viendo hacia el techo, pensando en lo que había ocurrido en su relación. 

Entró a la habitación B1, sin tocar. Era la habitación de Meissa Belmont Rossewood una hermosa joven. Al entrar empiezo a ver alrededor de la habitación, tratando de encontrar algo fuera de su lugar.
“Como es posible que gente tan hermosa y que se ve pura llega a estar en esta clase de lugar”-pensó mientras agarraba la silla para poderme sentar y poder hablar con Meissa. Llevaba conmigo un archivo donde llevaba el registro de mis pacientes y una cámara para poder revisar la evolución de mis pacientes.
Notó que la paciente tenía una mirada furiosa sobre él. Aprovechando que lo estaba viendo de frente tomo un par de fotos. Las fotos no salían bien ya que la luz de la ventana penetraba y molestaba al momento de tomar la foto.
Resignado al no poder tomar la foto con esa hermosa expresión de furia, se sentó en la silla. Y volteando a verla le comentó quien es él.
--- -Mi nombre es Johnthan Star Castle, a partir de hoy seré tu doctor. Estas aquí por una razón, ¿serias amable de decirme la razón de por qué estas aquí? ----

Meissa se levantó como resorte, y lo miró.
Abrió los ojos de par en par e intentó alejarse lo más que pudo de él.
-Tú...usted... fue quien me trajo aquí- lo sabía bien, pues Adrien se había encargado de escribirlo en su diario secreto, que ahora estaba escondido.
Después de mirarlo  más detenidamente; no parecía ser tan grande de edad, era apuesto , tenía unos ojos muy misteriosos y profundos, se sentó frente a él.
-Pero eso ya lo sabe...está todo ahí en su registro ¿Qué más quiere saber?-lo miró severa y muy seria, prosiguió después al momento de levantarse- además les dije claramente que no quería un doctor masculino que me tratara- se empezó a poner nerviosa, sintió como las manos comenzaban a sudar y esta vez, a diferencia del jardín, decidió hacer los ejercicios que su doctora Andrew le había indicado. Surtió efecto al final de unas cinco series.
- Por favor, váyase de aquí, en cualquier momento saldrá Adrien y no voy a poder controlarla- se volteo a espaldas de él, cerró los ojos meditando el asunto y siguió calmada.

Johnathan se volteo para poder ver a Meissa. Johnathan noto que la bata dejaba ver más de lo que Meissa querria. Entusiasmado por la vista se paro y agarró la cámara que llevaba, le tomo una foto sin que ella se diera cuenta.
Johnathan  pensaba que era triste que una joven como ella terminara en un lugar donde no tendría la libertad que merecia, pero a la vez se alegraba por él, ya que podría estar cerca de una mujer que no era sumisa, era su tipo.
Te pregunto eso porque lo dice el registro es lo que nos dijeron los testigos y familiares de lo que paso, no lo que pudo o no haber pasado en realidad. También quiero saber por parte de Adrien, ella es por así decirlo la tu real, ¿no? Te quiero ayudar a salir de este lugar así que le pido a las dos que me ayuden, seguro quieres ver a alguien fuera de aquí. Por tu cara no pareces alguien que no tenga amigos.
Le digo esto mientras reviso las fotos guardadas en mi camara.

Meissa se puso de nuevo tensa, y lo volteo a ver casi saliiéndose de sus casillas.
-Me está bromeando ¿no? Yo soy Meissa, la "yo" verdadera como dice usted...- se curvó un poco pareciendo a un enojado gato erizado.
-Seguro su informe está mal... debería leer el que presentó mi psicóloga...en fin...no quiero tratar nada de éstos temas con usted, así que váyase de aquí...se lo advierto.-señaló la salida esperando que el doctor le hiciera caso. De nuevo como solía ser, una sensación de que algo malo iba a pasar, se hizo presente en su cabeza. Casi de inmediato la sensación fue acompañada por un frío intenso en la columna vertebral, que le recorría de extremo a extremo.
Sintió que su corazón comenzaba a ir rápido, también su respiración empezó a agitarse.

Johnathan la mira con tristeza, como si estuviera viendo un reflejo del pasado en ella. Johnathan pensaba que Meissa no tenia idea de como funcionaba esto. Él se acercó ha la cama de Meissa, donde debajo de la cama se podía ver un papel, en lo que ella me daba la espalda me acerque y la tome.
-Es un dibujo muy bueno, no puedo creer que hayas logrado crear una obra tan buena en tan poco tiempo y con solo un lápiz que te prestamos. Este no es el trabajo de un aficionado, al juzgar por los trazos esta persona no es un invento de tu imaginación. Ella ha de ser una persona muy importante para ti. Seguro quieres ver a esta persona ¿no?. Pues si la quieres ver, te recomendare que cooperes conmigo, yo no estoy aquí para causarte dolor, estoy aquí para que puedas salir de aquí. –Dijo Johnathan mientras sostenia el dibujo de Meissa.
Puso el dibujo sobre la almohada, tomo su cámara y cerro la puerta de Meissa. Desde fuera le dijo, el día de mañana hablaremos, quiero saber sobre esa persona que es tan importante para ti, tan importante que esta plasmada en tus memorias.